Una vez tratados los peligros de la Red y las características de la información que transita por ella, es necesario conocer cuál es el impacto de la misma en los menores, definir qué conductas no se pueden tolerar, instrumentar nuevos medios para perseguir a los infractores y delimitar la responsabilidad de los actores, y para ello no sirven los criterios tradicionales.
Es preciso, elaborar nuevas respuestas que salvaguarden al mismo tiempo las libertades fundamentales - de expresión, derecho a la información, derecho al secreto de las comunicaciones y a la intimidad de los ciudadanos-, y la protección de los colectivos más vulnerables, en este caso los niños.
Cuando nos preguntamos cuál es el impacto de los contenidos inapropiados en los menores, hay que tener en cuenta que los términos “impacto”, “menor”, y “contenidos inapropiados” son relativos y tienen diferentes implicaciones y niveles.
MATERIAL INAPROPIADO
Se hace referencia a dos tipos de contenido: por un lado a los ilícitos y, por otro, los nocivos.
Son contenidos ilícitos aquellas informaciones y comportamientos considerados delitos y, como tales, merecedores de una respuesta penal. Éstos están prohibidos para el conjunto de los ciudadanos, con independencia de la edad o del medio utilizado para su comisión.
Los contenidos nocivos son, lícitos pero considerados ofensivos o perjudiciales para el normal desarrollo de los menores.
Si bien existe cierto consenso entre los Estados acerca de los comportamientos o informaciones delictivas (difusión de pornografía infantil, de contenidos racistas o xenófobos, la apología de terrorismo, etc.), no existe tal aquiescencia para los nocivos. Éstos están basados en concepciones difíciles de medir en una “aldea global” ya que dependen de valores culturales, sociales, religiosos y morales.
Los chicos tienen más claro los riesgos que pueden presentarse ante un uso incorrecto de las nuevas tecnologías (virus, hackers, robos de identidad, pedofilia, cyberbulling), pero esa confianza muchas veces es burlada por personas inescrupulosas, que abusan de la inocencia infantil y de la desaprensión de los adultos responsables en cuanto al control del uso de Internet en el hogar.
El acceso a la Red ha abierto nuevos canales de información para aquellos que buscan relaciones sexuales con un niño y explotarlo de manera comercial (abuso sexual por parte de adultos y la remuneración al menor o a una tercera persona o varias).
Es preciso, elaborar nuevas respuestas que salvaguarden al mismo tiempo las libertades fundamentales - de expresión, derecho a la información, derecho al secreto de las comunicaciones y a la intimidad de los ciudadanos-, y la protección de los colectivos más vulnerables, en este caso los niños.
Cuando nos preguntamos cuál es el impacto de los contenidos inapropiados en los menores, hay que tener en cuenta que los términos “impacto”, “menor”, y “contenidos inapropiados” son relativos y tienen diferentes implicaciones y niveles.
MATERIAL INAPROPIADO
Se hace referencia a dos tipos de contenido: por un lado a los ilícitos y, por otro, los nocivos.
Son contenidos ilícitos aquellas informaciones y comportamientos considerados delitos y, como tales, merecedores de una respuesta penal. Éstos están prohibidos para el conjunto de los ciudadanos, con independencia de la edad o del medio utilizado para su comisión.
Los contenidos nocivos son, lícitos pero considerados ofensivos o perjudiciales para el normal desarrollo de los menores.
Si bien existe cierto consenso entre los Estados acerca de los comportamientos o informaciones delictivas (difusión de pornografía infantil, de contenidos racistas o xenófobos, la apología de terrorismo, etc.), no existe tal aquiescencia para los nocivos. Éstos están basados en concepciones difíciles de medir en una “aldea global” ya que dependen de valores culturales, sociales, religiosos y morales.
Los chicos tienen más claro los riesgos que pueden presentarse ante un uso incorrecto de las nuevas tecnologías (virus, hackers, robos de identidad, pedofilia, cyberbulling), pero esa confianza muchas veces es burlada por personas inescrupulosas, que abusan de la inocencia infantil y de la desaprensión de los adultos responsables en cuanto al control del uso de Internet en el hogar.
El acceso a la Red ha abierto nuevos canales de información para aquellos que buscan relaciones sexuales con un niño y explotarlo de manera comercial (abuso sexual por parte de adultos y la remuneración al menor o a una tercera persona o varias).
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